1.3 El adjetivo
Posición del adjetivo con respecto al sustantivo
A diferencia de lo que ocurre en otras lenguas, en español el adjetivo tiene una gran movilidad: puede anteponerse o posponerse al sustantivo, según se quiera hacer énfasis en la cualidad (“deliciosa fruta”) o en el objeto que la posee (“fruta deliciosa”), pero esta característica no la comparten todos; es más bien exclusiva de los calificativos, no de los relacionales, como se aprecia en los ejemplos anteriores (nadie diría, por ejemplo, “una telefónica llamada”, pero sí “una débil conexión”). No obstante, hay un pequeño grupo de adjetivos que cambian sensiblemente su significado y su sentido si se anteponen o si se posponen, lo cual debe tenerse en cuenta al escribir.
|
no es lo mismo |
gran hombre pobre anciana viejo amigo |
que |
hombre grande anciana pobre amigo viejo |
Grados de significación del adjetivo
Como ya antes se había dicho, una peculiaridad del adjetivo es que los conceptos por él expresados pueden variar su grado de significación en presencia de determinados morfemas que suele admitir. De una habitación podrá decirse:
| Ejemplos |
Grado |
|
La habitación es amplia. |
Positivo |
|
La habitación es más amplia que la mía. |
Comparativode superioridad |
|
La habitación es tan amplia como la mía. |
Comparativo de igualdad |
|
La habitación es menos amplia que la mía. |
Comparativo de inferioridad |
|
La habitación es muy (bien, excesivamente, tremendamente…) amplia. |
Superlativo absoluto |
|
La habitación es amplísima. |
Superlativo absoluto |
|
La habitación es la más (la menos) amplia de la casa. |
Superlativo relativo de superioridad (la más que) superlativo relativo de inferioridad (la menos que) |
Obsérvese cómo se intensifica o atenúa la significación de la cualidad en todos esos casos.
El grado positivo (“habitación amplia”) presenta al adjetivo en su significación neutra y carece de marcas formales que lo denoten.
El grado comparativo entraña una confrontación de la cualidad entre dos objetos, la que se hace explícita por la presencia de marcas: morfemas libres discontinuos junto al adjetivo:
más… que (comparativo de superioridad): habitación más amplia que…
tan… como (comparativo de igualdad): habitación tan amplia como…
menos… que (comparativo de inferioridad): habitación menos amplia que…
El grado superlativo supone la elevación de la cualidad a su más alto grado y se manifiesta de dos formas:
- como superlativo absoluto, si la cualidad referida al sustantivo se expresa en su máxima intensidad, lo que aparece denotado por marcas distintivas: el adverbio de cantidad muy como morfema libre, separado y antepuesto al adjetivo, o el morfema de grado –ísimo, que se pospone y se une a la palabra:
Esa habitación es muy amplia./Esa habitación es amplísima.
- como superlativo relativo, si la cualidad se eleva a su más alto grado, pero en relación con el resto de las personas o cosas del conjunto al que pertenece el sustantivo. Puede ser de superioridad o de inferioridad y se expresa mediante morfemas libres discontinuos:
más… de (o “entre”, “de entre”)(superlativo relativo de superioridad).
menos… de (o “entre”, “de entre”) (superlativo relativo de inferioridad).
Esa es la habitación más amplia de todas (entre todas, de entre todas).
Esa es la habitación menos amplia de todas (entre todas, de entre…).
El superlativo absoluto puede expresarse también por medio de otros adverbios antepuestos, de estructuras con valor de prefijo o de locuciones adverbiales pospuestas, frecuentes en la norma culta o en la norma popular:
Esa habitación es extremadamente amplia.
Esa habitación es amplia en alto grado.
Esa habitación es amplia en grado sumo.
Esa habitación es superamplia. (frecuente en el coloquio)
Esa habitación es requeteamplia. (también coloquial)
Algunos adjetivos –muy pocos- construyen su superlativo absoluto de forma irregular, con el morfema de origen latino –érrimo:
pobre: muy pobre, pobrísimo o paupérrimo
libre: muy libre o libérrimo
pulcro: muy pulcro, pulcrísimo o pulquérrimo
célebre: muy célebre o celebérrimo
rico: muy rico, riquísimo o ubérrimo
No todos los adjetivos de la lengua admiten alterar su significación de este modo. Hay algunos que se resisten y otros que no lo necesitan. Nadie diría:
La pelota azul es más redonda que la verde.
Tus cabellos son más idénticos (diferentes, semejantes…) que los míos.
Obtuve resultados más excelentes en esta ocasión.
Cualidades como la redondez, la identidad o la excelencia, por solo citar unos pocos ejemplos, se resisten a aceptar variaciones semánticas (de significación) por la naturaleza misma de lo que expresan. Y tampoco sería aceptable decir:
Es un compañero muy idóneo para desempeñar el cargo.
Bolívar fue un hombre muy solar.
El adjetivo idóneo ya contiene, en su propia significación, el valor superlativo de la cualidad que expresa, lo mismo que solar. Un “hombre solar”, como calificara con gran originalidad expresiva José Martí a Simón Bolívar, es un ser al que se le reconocen los máximos atributos posibles. Estos adjetivos, entre otros, no necesitan, en virtud de los significados que expresan, otros grados de significación.